- No se ha hecho público la documentación técnica de la obra,
- No se ha recibido respuesta seria sobre la instancia en la que se mostraba el malestar de los vecinos,
- No se ha recibido respuesta a la instancia en la que se detalla los organismos autonómicos a los cuales el Ayuntamiento puede acudir en busca de asesoramiento urbanístico y mediación.
No ha habido tampoco ninguna comunicación oficial de que la obra se haya parado, más al contrario, en los últimos días, y ya despúes de que el Ayuntamiento conociera el malestar de los vecinos, se continuó con la obra en el tramo de los números del 57 al 63.
Simultáneamente, se observa que la obra se desarrolla de forma muy lenta, comprobándose que va a alargarse mucho en el tiempo, con las consiguientes molestias para los vecinos.
Además, la seguridad de la obra sigue siendo muy mejorable.
Adicionalmente, varios vecinos, alrededor de 9, fueron testigos presenciales de que cómo, el pasado día 12 de Julio, en un encuentro informal, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento confirmaba la no modificación de las características de la obra. De forma paralela, ese mismo día, desde el equipo de Gobierno se dijo que se convocaría a una reunión a los vecinos en esta semana en la que nos encontramos. A día de hoy, estando ya a miércoles, no se ha recibido ninguna comunicación formal.
Obviamente, dicho encuentro se precipitó por hallarse esos vecinos en las dependencias del Ayuntamiento, siendo ellos a título personal quienes se personaron allí de forma activa y autónoma.
En cualquier caso, si se dice por parte del Equipo de Gobierno que el proyecto es inamovible, ¿qué sentido tiene convocar a los vecinos? ¿Para decirles que el proyecto es inamovible?
Algunos vecinos encuentran esta situación desasosegante: quieren llegar a un entendimiento formal, tranquilo y constructivo, pero se dan cuenta de que no hay nadie con quien sentarse a la mesa para hablar y llegar conclusiones concretas.
Además, varios de los vecinos han perdido ya varios días de su trabajo corriente para poder atender esa vicisitud, pues se necesita tiempo para:
- Hablar con el resto de vecinos,
- Leer documentación técnica,
- Llamar y ponerse en contacto con técnicos especializados que les informen y ayuden en el tratamiento de este tipo actuaciones,
- Escribir las instancias e ir a registrarlas en el Ayuntamiento,
- Ir al Ayuntamiento e intentar, infructuosamente, hablar con alguien que dé soluciones y/o establezca procedimientos para arreglar el problema.
¿Quien va a resarcir de esa perdida laboral a los vecinos afectados? La labor de los vecinos no es auditar obras, si no disfrutarlas después de que se hayan ejecutado correctamente. ¿No podrían, desde el Ayuntamiento mismo, haber realizado las gestiones enumeradas más arriba? ¿No habrían podido, desde el Ayuntamiento, ponerse en contacto con los vecinos de forma activa, pedir ayuda a técnicos especializados de la Junta de Extremadura, escuchar ideas y llegar a acuerdos?
Por todo lo anterior, varios vecinos han decidido poner en conocimiento de la Dirección General de Arquitectura de la Junta de Extremadura todo lo acontecido hasta ahora. Es decir, se ha dado registro de una instancia describiendo de forma detallada la problemática y la sucesión de los hechos.
Los vecinos han creído necesario acudir a esta institución para que actúe como resorte. De hecho, este organismo debe -en parte- su existencia a este tipo de casuísticas y desencuentros entre vecinos y administración local.